Manos sobre la ciudadTítulo Original: Le Mani sulla Città.
Dirección: Francesco Rosi.
Guión: Francesco Rosi y Raffaele La Capria.
Actores: Rod Steiger, Salvo Randone, Marcello Cannavale, Angelo D'Alessandro, Carlo Fermariello.
País(es): Italia, Francia.
Idioma Original: Italiano
Género: Drama
Duración: 105 min
Año: 1963
Calidad: DVDRip
Sinopsis:
En un degradado barrio de Nápoles, un edificio se derrumba a causa de
unas cercanas obras de demolición, causando muertos y heridos. El
responsable del desastre, el empresario inmobiliario Edoardo Nottola es
investigado, pero sale indemne, sin repercusiones judiciales, aunque
inevitablemente comprometido ante el partido de la derecha al que
representa como concejal del Ayuntamiento. Sus compañeros le abandonan y
retiran su candidatura a las elecciones, pero Nottola, inflexible y
arrogante, se sirve de cualquier recurso y con la protección de algunos
concejales corruptos se convierte en el primer candidato del grupo de
centro.
Película sobre la corrupción inmobiliaria, donde mafia y
poder político se dan la mano. F. Rosi expone secamente los hechos y no
esconde el juicio. Realizada con gran coraje, nutrida de dolor,
indignación y lucidez.
Hands.Over.The.City.1963.DVDRip.XviD-FRAGMENT.avi [698.54 Mb] Subtitulos
http://www.opensubtitles.org/es/download/sub/3106962Crítica:Citar:
Francesco
Rosi logró con Manos sobre la ciudad un filme que es un puñetazo. Con
actores no profesionales en su mayoría, con una trama que puede
encontrarse en la realidad de muchos países capitalistas, Manos sobre la
ciudad es un reportaje candente y actual, que ataca el mal en sus
raíces. Denuncia aspectos muy concretos: la construcción de inmuebles en
Nápoles; los sucios y tortuosos mecanismos de la administración pública
del gobierno municipal, los "trusts”; las componendas politiqueras que
lleva a alianzas sin ideologías comunes. Todo esto tiene un solo y común
denominador: los intereses privados. En el mismo sentido denuncia
también la pobreza, los hacinamientos humanos en tugurios que amenazan
con desplomarse y que, a veces, se desploman verdaderamente; las
esperanzas de los electores pobres que aspiran a reformas sociales
sustanciales que no producen los regímenes de derecha y de centro por
los cuales votan; la falta de libertad, la falsa democracia.
La
película es obsesionante por su vitalidad temática, por su fuerza
realista, porque sus personajes no son caricaturas o incorporaciones
sofisticadas, sino seres vivos, capaces de mostrar en sus semblantes y
en sus acciones duras la vida en que se mueven, el bando a que
pertenecen. Por otra parte, el filme coloca en sus posiciones correctas a
los militantes de cada partido político, sin parcializarse hacia un
bando determinado, como un proceso dialéctico.
Rosi ha utilizado como
centro de la acción de su filme la ciudad de Nápoles (su ciudad natal),
pero lo que cuenta de esa ciudad vale para toda Italia y para muchos
otros países también, para cada país donde el pueblo no gobierna.
La
vertebración dramática del filme se apoya en una sociedad y no en un
héroe. Rosi no exalta héroes. El carácter de reportaje que impone a su
filme lo obliga a seguir, paso a paso, un proceso político y social, a
presentarnos la lucha de clases, la lucha ideológica. Da, a la vez que
el cuadro general, lo sicológico de cada personaje. Un episodio
revelador en este sentido: Nottola va a la iglesia y enciende no una
vela sino un altar entero a la Virgen, De ese modo pretende hasta
comprar la protección del Cielo. En cada escena, Manos sobre la ciudad
es una toma de conciencia con la realidad.
Para Rosi el cine permite
al público tomar conciencia, porque ilustra social y sicológicamente. De
ahí que cada uno de sus filmes constituya, a la vez que un hecho
artístico, una llamada a la toma de conciencia.
Manos sobre la ciudad
es, por tanto, un filme necesario. Cada cinematografía capitalista
debería tener un filme como éste, pero ya que todas no poseen un
realizador como Francesco Rosi, basta este filme para muchas.
Extraído del libro "La sala oscura" del crítico cubano de cine Mario Rodríguez Alemán.